“Que Dios mismo, el Dios de paz, los santifique por completo, y conserve todo su ser – espíritu, alma y cuerpo – irreprochable para la venida de nuestro Señor Jesucristo.”
“Luego nosotros, los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente eon ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, así estaremos siempre con el Señor.”