“Que mis enemigos no se alegren. Aunque haya caído, me levantaré. Aunque ahora esté en medio de la oscuridad, el SEÑOR será mi luz.”

“Tú volverás a tener misericordia de nosotros, sepultarás nuestras iniquidades, y arrojarás al mar profundo todos nuestros pecados.”

“Yo, por mi parte, pondré la mirada en el Señior, y esperaré en el Dios de mi salvación. ¡Mi Dios habrá de escucharme!”