“Sácame del lodo y no sea yo sumergido; sea yo libertado de los que me aborrecen y de lo profundo de las aguas.”

“¡Vengan, postrémonos reverentes! Doblemos la rodilla ante el Señor nuestro Hacedor!”

“La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los sencillos.”

“El ángel de Jehová acampa alrededor de los que lo temen y los defiende.”

“Yo me acuesto, me duermo y vuelvo a despertar, porque el Señor me sostiene.”

“Refrena la ira, deja la furia; no te enojes, pues esto conduce al mal.”

“Has amado la justicia y aborrecido la maldad; por tanto, te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de alegría más que a tus compañeros.”

“Ten misericordia de mí, Dios, ten misericordia de mí, porque en ti ha confiado mi alma y en la sombra de tus alas me ampararé.”

“Él da alimento a toda criatura: ¡Porque para siempre es su misericordia!”

“Sustenta mis pasos en tus caminos, Para que mis pies no resbalen.”