“Pero yo, Señor, elevo a ti una oración en tel tiempo de tu buena voluntad. Por tu gran amor, oh Dios, respóndeme; por tu fidelidad, sálvame.”

“No permitirá que tu pie resbale; no se adormecerá el que te guarda.”

“Considera al íntegro, y mira al justo; porque hay un final dichoso para el hombre de paz.”

“Ayúdame, Señor, a mantener cerrada mi boca y sellados mis labios.”

“Me invocará y Yo le responderé; con él estaré yo en la anguista; lo libraré y lo glorificará.” 

“Yo le he dicho al Señor: <<Mi Señor eres tú. Fuera de ti, no poseo bien alguno.>>”

“Gran regocijo hay en mi corazón y en mi alma; todo mi ser siente una gran confianza, porque no me abandonarás . . . ¡no dejarás que sufra corrupción quien te es fiel.”