“¡Ya puedes, alma mía, estar tranquila, porque el Señor ha sido bueno contigo!”

“¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra.”

“A ti se aferra mi alma; tu diestra me sostiene.”

“En Dios solamente descansa mi alma; de él viene mi salvación.”

“No temerás al terror nocturno ni a la saeta que vuele de día . . . Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación.”

“El que ama la pureza del corazón, con la gracia de su labios se ganará la amistad del rey.”

“Que procuren vivir en paz, y ocuparse de sus negocios y trabajar con sus propias manos . . . a fin de que se conduzcan honradamente con los de afuera, y no tengan necesidad de nada.”

“Jehová es mi luz y mi salvación, ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida, ¿de quién he de atemorizarme.”

“Me empujaban intentando derribarme, pero el Señor me ayudó.”